RESUMEN DEL LIBRO "SI TEMES LA SOLEDAD NO SEAS ENTRENADOR"

RESUMEN DEL LIBRO

“El triunfo no está en los títulos conseguidos sino en las veces que lo has intentado.” John Wooden (Ganador de 10 títulos universitarios).


CAPÍTULO 1

¿QUÉ SIGNIFICA SER ENTRENADOR?

Ganarse el respeto es la tarea fundamental del entrenador, esté en la categoría que esté, empezando por sus jugadores y siguiendo por el resto de estamentos que componen un club y su afición.

Ganarse el respeto es conocer el juego, sus estrategias, tener un método de trabajo abierto a modificaciones y una capacidad de ánimo a prueba de cualquier situación.

Ganarse el respeto es sobre todo amar el baloncesto.

¿Cuáles son tus sueños?

En cualquier caso diría que la experiencia no es incompatible con la ilusión, ni mucho menos, las ilusiones no tiene final en el tiempo, los objetivos sí.

Pero un entrenador no puede permitirse el lujo de no soñar, ¿cómo entonces enseñaríamos a los más jóvenes?, ¿cómo transmitiríamos nuestra pasión?, ¿cómo les enseñaríamos a amar nuestro deporte?, ¿cómo lo haríamos?, ¿siendo sólo una autoridad pragmática? No lo creo.

Entrenar tiene algo de irreal, cómo obviar tantas situaciones mágicas: lo que un equipo unido es capaz de alcanzar, la cantidad de emociones que genera el juego, los impensables logros conseguidos, metas ganadas, decepciones sufridas y aprendidas...

Entrenar es luchar por no perder esa pasión que te hizo empezar a dirigir tus primeros entrenamientos y partidos, luchar porque los oponentes periféricos que te rodean no alteren esa ilusión, ese sueño.

Nunca imaginé, cuando salí de mi casa de Melilla con dos bolsas de deporte como único patrimonio, llegar hasta donde lo he hecho. Mi sueño cuando empecé a entrenar al equipo de mi colegio en que daba clases, Maristas de Málaga, era poder llegar con mi propio equipo a 1ª División (hoy ACB) y enfrentarme al Real Madrid y Barcelona, en aquel momento dominadores absolutos de la competición.

Con 27 años, ese sueño se hizo realidad. Y ahora, ¿qué? –me pregunté, y aprendí que a los sueños es conveniente no ponerles límites.

Y en eso estamos.

Un ejercicio de autocrítica.

Un buen entrenador en realidad tiene sentimientos que van más allá del propio juego, la forma de alimentarlo es sentir y querer lo que se hace.

He leído a menudo artículos y escuchado opiniones sobre la labor del entrenador, un personaje que para muchos suele ser responsable de todo y partícipe de nada, un hombre en definitiva forzosamente solitario, arropado por su equipo de trabajo y jugadores, y a veces ni eso.

¿Cuál es la misión del entrenador? Seleccionando algunas opiniones que me han ido llamando la atención, hay quien dice que el entrenador poco o nada tiene que enseñar a un equipo, por ejemplo, de estrellas. ¿Qué debe de hacer?, dirigir los entrenamientos, dictar las tácticas en cada partido y rectificar sobre la marcha si es necesario, el saber proyectar un impulso anímico, un afán de victoria.

La mejor fuerza psicológica la ha de proporcionar la personalidad del entrenador.
Casi nada.

Otros lo comparan con un funambulista, da lo mismo lo que sepa, lo importante es ser un gran relaciones públicas, hacer caso al líder del vestuario, enjabonar al presidente de turno y venderse como un kleenex ante los profesionales de los medios de comunicación.

¿Conocéis alguno así?

Los más extremistas piensan que el entrenador es un mal necesario que pierde partidos, porque, sin embargo, cuando se gana son los jugadores los únicos responsables. Una reflexión propia de mentes “inteligentes y profundas”.

Estas opiniones, algunas de ellas desafortunadas, suelen estar bastante generalizadas, y no ayudan precisamente a dar prestigio, en mi opinión, a una labor clave dentro del deporte, sino más bien sirve para minimizarlo a límites tristemente insospechados. Parte importante de esa responsabilidad la tiene el propio colectivo de entrenadores.

La misión de un entrenador, en mi opinión, debe descansar sobre tres grandes pilares, fundamentales para su razón de ser:

a) Maestro en la enseñanza y metodología que aplica.
b) Estratega en la preparación y dirección posterior del juego.
c) Psicólogo en la dirección del grupo humano y para lograr su motivación.

A partir de esta definición que sirve tanto para entrenadores de base como de elite, el trabajo constante, creer en las posibilidades y rodearse de un buen equipo de trabajo, serán claves para racionalizar su labor.

No descubro nada diciendo que posteriormente serán los resultados los que dictarán sentencia, que el entrenador se mueve entre las urgencias de todos, los egoísmos de unos cuantos y la incomprensión de la mayoría. Entiendo que sea así pero a uno le queda, al menos, el derecho de rebelarse ante esa situación.

¿Quién puede ser entrenador?

Entrenar es algo vocacional, entrenar nace de la pasión por este juego. Hoy afortunadamente los entrenadores tiene medios y posibilidades de tener una mejor preparación que los de mi generación.

Antes, la información marcaba la diferencia, aquellos que disponían de ella tenían ventaja sobre los demás. Hoy en día la información está al alcance de todos. Si todos podemos disponer prácticamente de la misma información, ¿quién tiene ventaja? La ventaja la tiene quien sepa interpretar esta información, el sentido que aplique a cómo desarrollarla e interpretarla.

En la mítica Jugoplastika de los años 80, sus dos máximas estrellas, Tony Kukoc y Dino Radja, cuando se retiren, se dedicarán al golf y/o negocios, que está muy bien por cierto, pero no llegarán a ser entrenadores de primer nivel.

Jugadores de aquel equipo que estaban detrás del espacio que ocupaban el talento y ego de estas dos estrellas como Dusko Ivanovic (entrenador del Tau) o Zoran Savic (Director Deportivo en el Skypper Bolonia), cada uno en su parcela triunfan.

Es el aprendizaje obtenido desde la obsevación y sensibilidad ganada desde un segundo plano en una etapa personal y profesional que les ha servido para triunfar en otra etapa posterior al máximo nivel.


Vocación. Deseo permanente por aprender, sensibilidad en la observación, saber vivir en una soledad a veces no deseada, paciencia, dedicación... ¿Tienes estas cualidades?, entonces puedes proponerte ser entrenador.

Diferentes modelos

- Autoritarios o duros, aquellos que no respetan el lado humano del deportista. Su autoridad suele residir en la arrogancia, el mal humor y cu actitud distante frente a todos.
- Niñeras o blandos, entrenadores que se pasan el día dando explicaciones e incluso argumentando lo inexplicable. Son expertos en buscar excusas.
- Entrenadores “estrellas”, quieren hacer y deshacer el equipo según su criterio exclusivo, no dudan en poner su vitae encima de la mesa o lo airean si encuentran oposición a sus decisiones.Suelen necesitar jugadores cada tres semanas que multiplicadas por nueve meses de competición, hagan las cuentas.
- Entrenadores de “perfil bajo”, se dice que son aquellas que aceptan sin rechistar las condiciones deportivas y económicas que se les ofrece. Son las necesidades o ilusiones personales, cada uno se pone un precio.
- Y luego está lo que todos quisiéramos, un equilibrio entre la orientación en la enseñanza ganada desde el respeto, manteniendo la máxima exigencia, y además con las condiciones económicas y deportivas apropiadas. De existir, seguro que habría cola.



CAPÍTULO 2
LOS VALORES DEL JUEGO

PASIÓN

No hay triunfo sin sufrimiento; sin embargo, a las personas que llegan lejos les empuja un motor, al que le llamamos pasión.

No hay que desmerecer la fuerza que tiene la pasión, porque apasionarse es traspasar los límites de lo esperado. Si no te emocionas con lo que haces, ¿cómo podrías ampliar y superar los límites?

Se puede fracasar al asumir un riesgo, pero esto forma parte del aprendizaje, evitar riesgos y más tarde entirse asaltado por las dudas de lo que pudo hacer ocurrido, equivale a renunciar a la mitad de las emociones que somos capaces de sentir, entre ellas la pasión.

Puedes perder, pero nunca te podrás reprochar que no lo intentaste.

DISCIPLINA

Es una cualidad mal vista, que nos recuerda sistemas rígidos y de castigos, tiene mala prensa, si se entiende de esta manera es rechazable. Pero si se interpreta como un plan de ataque, que ayuda a superar las inevitables adversidades que nos encontraremos en el camino, nos ayudará a conseguir metas que jamás hubiéramos soñado.

Hubbie Brown (ex entrenador de Memphis Grizzlies, equipo de Pau Gasol) me comentaba hace unos años:”si no entrenas lo mejor que sabes, recuerda que hay alguien en cualquier sitio que lo estará haciendo duramente, y si os encontráis, él te ganará”.
Así es, establecer hábitos correctos, una ética de trabajo que te ayuda a mejorar, sólo lo puedes conseguir si eres disciplinado.

¿Se han preguntado mis jugadores al finalizar la temporada si necesitan trabajar durante el verano?, ¿qué es exactamente lo que queremos? Como entrenador, ¿he sabido disciplinar estas inquietudes?

El trabajo duro no es divertido pero es el precio que debes pagar si quieres alcanzar tus sueños.




GENEROSIDAD

Ayudar a alguien es ayudarte a ti mismo. Los campeonatos no se ganan y los equipos no son competitivos si no se logra un alto nivel de unidad, alcanzable sólo a través de la generosidad de cada miembro del grupo.

Saber aceptar el papel que nos asignan sin tener en cuenta la repercusión individual que de ello derive, es fundamental. Sólo nos interesa el mejor resultado posible del equipo.

RESPETO

Es la base de cualquier proyecto que se desarrolle. Cuando reúno a mi equipo por primera vez, lo primero que les digo es que el respeto para mí es más importante que la defensa, el ataque y otras cuestiones relacionadas con el juego.

Algunos piensan que ser respetuoso es incompatible con ser exigente, es un gran error. Hay entrenadores que para ser exigentes dejan el respeto en un segundo plano, es una transmisión clara de inseguridad en sus posibilidades a la hora de gestionar un grupo humano

El respeto es el valor donde descansan los pilares fundamentales de un equipo, sin este valor esa construcción estará resquebrajada.

CORAJE

Es la demostración de entrega al equipo, es un valor que desprende admiración. Las numerosas situaciones de coraje que se producen dentro de un equipo refuerzan la unidad y exigencia entre todos.

Si sientes lo que haces, si encuentras dentro del equipo la confianza y el reconocimiento a tus esfuerzos, el coraje será dar más de lo que pensabas. Es vencer tus límites y ponerlo al servicio del equipo.

El coraje es uno de los factores motivantes más importantes que existen.

En los juegos Olímpicos de Sydney 2000, jugábamos contra la selección de Canadá. Nacho Rodríguez (jugador del Barcelona) en un lance del juego se rompió el dedo meñique de su mano derecha. Lo normal entonces es que se hubiera despedido del campeonato. Su reacción fue pedir que le infiltraran y protegieran mediante vendaje el dedo luxado en los siguientes partidos. Siguió y terminó aquella Olimpiada siendo uno de los mejores de la Selección.

¿Qué jugador con alguna molestia física va a excusarse a perderse un entrenamiento o partido ante tal demostración de entrega a su equipo?

Quedaría tan en evidencia que dejaría de ser respetado en un equipo donde demostraciones como la de Nacho Rodríguez forman una de las claves del éxito del mismo.
Richard Scott, jugador del Caja San Fernando en la temporada 1998-99, se lesionó en el cuarto período de play-off. Una rotura de fibras. La eliminatoria iba 2-2, el quinto y definitivo partido para acceder a semifinales se celebraba dos días después, sin tiempo posible de recuperarse.

Tras una conversación con él, accedió a infiltrarse a pesar de los riesgos que suponía jugar en esas condiciones. Sabíamos que no iba a jugar a un nivel mínimamente aceptable, pero necesitábamos su presencia, estaba en juego la clasificación para la Liga Europea y jugar las semifinales.

En un partido sumamente igualado como fue todo el play-off, Richard Scott con su rotura de fibras a cuesta, entró en la mitad del primer tiempo, jugó unos 18 minutos, suficientes para ayudar al equipo.

Su coraje contagió a sus compañeros en un momento delicado, no anotó mucho, ni rindió a su nivel como era lógico, pero aportó equilibrio al equipo

EL EQUIPO LO AGRADECIÓ VENCIENDO.

Hay quien interpreta que los jugadores que poseen el valor del coraje son aquellos que tienen más limitaciones técnicas: absurdo error. El más grande jugador que las pistas de baloncesto vieron, Michael Jordan, dio a lo largo de su trayectoria un montón de muestras de coraje. Se pueden citar unas cuantas:

Frente a Seattle en enero de 1993 sufrió un esguince de tobillo. Terminó con 22 puntos y 8 asistencias.

Al día siguiente contra Atlanta, anotó 45 puntos. Todavía cojeaba.

En las finales del 91 contra los Lakers jugaba con un dedo del pie hinchado... y consiguió 36 puntos. Con una infección del pie contra Phoenix anotó 43. Una de sus últimas proezas la realizó en las finales contra UTA en el quinto partido, tuvo gastroenteritis la noche anterior, no pudo dormir, 38º de fiebre... y 38 puntos, entre ellos el triple que decidió el parido. Terminó llevado por sus compañeros al banquillo, no se podía mantener de pie.

Si alguien tenía alguno duda sobre el valor del coraje, ésta es una demostración.

Son respuestas de jugadores con carácter, ejemplos de coraje que impregnan de fuerza y exigencia a todo un equipo. Son básicos para que un equipo crezca y aspire a todo.

RESPONSABILIDAD

Es otro valor que se identifica como una carga demasiado pesada. Para muchos, equivocadamente, ser responsable es algo así como ser aburrido o demasiado estricto. Para mí ser responsable es ser consciente sencillamente de tus obligaciones de igual manera que pido sean responsables conmigo.

Un jugador y un equipo ganador se distinguen por su ética de trabajo y porque nunca ponen excusas. La responsabilidad te enseña que si pretendes ser grande, no debes refugiarte en las excusas.

Cuando hablamos de responsabilidad, no lo limito a una actuación deportiva puntual, amplío su marco al ámbito personal. He conocido bastantes jugadores que tenían un gran talento dentro de la cancha y ninguno fuera, producto de la falta de responsabilidad que si bien a corto plazo no puede influir, más adelante llega a ser perjudicial. Esa falta de responsabilidad suele ser uno de los deterioros más habituales en la relación y rendimiento de un jugador.

Actualmente, es una gran responsabilidad y enorme complejidad enseñar a los jóvenes, por las condiciones sociales que tienen hoy día diferentes a las de hace años. Hay que desarrollar la mente de los jugadores mucho más que la técnica, las condiciones de vida han cambiado mucho, se les ha reblandecido no sólo el cuerpo, sino algo más importante, la mente, y ahora no saben ni quieren sufrir.

¿Cuántos jugadores conoces que guarden un equilibrio dentro y fuera de la cancha? ¿y entrenadores?

PERSEVERANCIA

La perseverancia, unida al esfuerzo permanente y a la intensidad, conforman el cóctel de un carácter ganador.

El talento sin perseverancia sirve para divertirse, no para ganar. En un duelo, la perseverancia vencerá siempre al talento.

Si el talento se une a la perseverancia, estaremos ante el mejor.

Michael Jordan (para mí será inevitablemente seguir hablando de él en más ocasiones) fue el máximo exponente de lo que comentamos, cuando consiguió su primer anillo de campeón de la NBA (lo alcanzó en su séptima temporada,) en la siguiente pretemporada, cuando quizás se hubiera podido regodear en la vanidad que todo éxito produce, cada ejercicio de tiro, cada ejercicio defensivo que hacía, lo realizaba como si estuviera jugando el campeonato. Como si le fuera la vida en el intento, obligaba a sus compañeros a rendir por encima de sus posibilidades.

Se esforzaba al máximo y manifestaba lo siguiente: “quiero que mis compañeros vean lo duro que trabajo para estar a este nivel. Quiero que comprendan que todo es auténtico”

A pesar de su fama, su talento, su fortuna... seguía entrenando más que los demás.

Michael Jordan fue la máxima expresión de la perseverancia, cada día, en cada jugada, en cada partido. Por eso era el mejor.









EL JUGADOR
CAPÍTULO TRES

No es una cuestión exclusiva de talento. La diferencia la marca la perseverancia, esa fuerza mental que te sirve sin necesidad de acudir a las excusas, para levantarte constantemente cuando las cosas no parecen salir, ese pulso permanente con el desánimo, esa convivencia con algún aficionado o periodista impaciente que en el fondo desearía tener el talento de Navarro, la rapidez de Raúl López o la clase de Pau Gasol, y cómo no, la nómina de todos.

No siempre se puede estar al cien por cien, ni los jugadores ni cualquier profesional de otro ámbito. Bueno, algunos sí deberían estarlo: conductores, maquinistas, pilotos, médicos, tiene vidas en sus manos. El jugador tiene un balón, pero lleno de ilusiones.

EL TALENTO

El talento es tener cualidades físicas y técnicas, tener la aptitud para resolver situaciones imprevistas y de paso marcar la diferencia. Drazen Petovic, Sabonis, Gasol, Bodiroga... son jugadores que tenían o tienen un talento excepcional.

No se trata de lo grande que eres, se trata de lo grande que es tu juego.

El físico de los jugadores en los últimos tiempos ha progresado de forma increíble, pero el juego de euipo ha sufrido un deterioro evidente, la NBA es un claro ejemplo de ello.

Pero el talento también es la inteligencia y la capacidad de entender el juego. Hay jugadores que sin tener esas cualidades han sabido convivir en la alta competición al más alto nivel, por su capacidad de entender el juego y conocer sus limitaciones, cualidades igualmente valiosas.

En cambio existen jugadores que tienen cualidades pero no la capacidad de entender el juego y lo que deben aportar. Y no sólo eso, lo peor es que no quieren reconocerlo, siendo un freno para que pudieran mejorar individualmente y en consecuencia poder ayudar al equipo. ¿Cómo los consideramos?, ¿inconscientes?,¿egoístas?, ¿cabezonería?, ¿mala fe? Es decir, jugadores con cualidades pero sin talento.

El baloncesto es un juego rápido, intenso, pero no exento de reflexión. Los jugadores que saben pensar y son conscientes de sus cualidades mientras juegan, son los que verdaderamente tienen talento.

¿Tiene el talento fecha de caducidad?, si crees que no, hay que saben encontrar motivaciones para mantener el máximo nivel. En el jugador, entrenar por mejorar sus prestaciones y en el entrenador encontrar formas de motivación que le sigan manteniendo ilusionado.

CAPACIDAD DE SUPERACIÓN

Juan Antonio San Epifanio, Epi, jugador del Barcelona, durante toda su carrera profesional, fue un jugador que arañaba tiempo a la distracción y al descanso. No saltaba excesivamente, no era un jugador rápido; sin embargo, hizo de la capacidad de superación, su seña de identidad hasta convertirlo en mejor jugador europeo en la década de los ochenta.

Alfonso Reyes...

Raúl López

Son ejemplos de superación.

Unos destacan por su esfuerzo, otros por su talento, otros superando situaciones imposibles. Es la capacidad de superación la que hace doblegar cualquier duda.

VIVIR EN LA IRREALIDAD. CONFUSIÓN.

Es conveniente recordad que ser un buen jugador es algo que se manifiesta en la pista de juego y se prolonga fuera de ella.

Otro síndrome de la confusión es encontrarnos a jugadores que se ponen en forma para jugar al baloncesto, y otros que juegan al baloncesto para ponerse en forma, ¿cuántos jugadores habréis conocido así en baloncesto o en otros deportes?

Una cosa es saber aislarse para encontrar descanso y reposo y otra muy distinta, perder el sentido de la realidad.

JUGADOR JOVEN Y EXPERTO

EL JUGADOR JOVEN

El jugador joven debe aprender a amar el baloncesto, pero el estar en una época como ésta, donde algunas consideradas estrellas sólo se preocupan de sus estadísticas para ganar más dinero con los contratos y la publicidad, no es desde luego el mejor ejemplo.

Un síntoma de progreso en el jugador joven es observar qué hace en el siguiente partido tras una gran actuación. Si la semana posterior a su momento de gloria ha venido cargada de entrevistas y agasajos varios, lo normal es que su rendimiento se resienta. Ejemplos Rudy Fernández, Pau Gasol...

Por el contrario, hay jugadores jóvenes con más futuro que presente. A algunos jugadores jóvenes les pasa como a esos cantantes que tienen éxito un verano de repente, su canción es la más oída y pretenden compararse a Joan Manuel Serrat. Tienen que aprender que la grandeza es consecuencia de la regularidad, que se consigue con el tiempo, no es fruto de un éxito puntual.

Un gran jugador no destaca por una hazaña conquistada, sino por lo que hace cada día. A Magic Jonson era difícil verle tener dos malas noches consecutivas, hasta que no reemplazaba una mala actuación por otra buena, su alma no descansaba.

Los jugadores jóvenes deben saber que cuando acceden a profesionales, llegan a un mundo de hombres donde las reglas son de hombres, y dejan de competir contra jugadores de su edad para hacerlo contra jugadores de todas las edades con mas experiencia que ellos.

Si no lo entienden, incapaces o mal aconsejados por padres o entrenadores, estarán centrados en lo que harán, y no en lo que están haciendo, y correrán el riesgo de vivir en una peligrosa mentira.

EL JUGADOR EXPERTO

El factor experiencia trata de aportar una eficaz regularidad en lugar de un espectáculo pasajero. Son virtudes que sólo pueden poseer un jugador experto.
No me gusta el término “veterano”, es utilizado frecuentemente en tono despectivo, me gusta más hacerlo del jugador experto, aquel que debe asumir que la edad es algo real, muy real, y que los sacrificios son más grandes para poder jugar más tiempo.

Una sabia combinación de jugadores expertos y jóvenes suele ser fundamental en la construcción y crecimiento de un equipo.

LIDERAZGO SOBRE LA CANCHA

Un líder en anotación que no defiende no puede ser líder de ningún equipo. Un goleador en fútbol u otro deporte que no aporta su sacrificio en defensa, tampoco.

El liderazgo tiene que ver con el esfuerzo permanente, con la capacidad de entender las emociones de los demás, y controlar la propia.

Estos jugadores tienen a hacer mejores a sus compañeros. Transmiten liderazgo porque ellos son los primeros en reconocer sus errores, y en decir a los demás lo que no están haciendo bien.

Un entrenador puede dormir más tranquilo teniendo un jugador de estas características en su equipo. Unos llamarán más la atención que otros, destacarán en una o varias facetas del juego, pero el equipo y la cardiopatía del entrenador agradecerán su presencia.

DE LA BASE A LA ÉLITE
CAPÍTULO CUARTO

Entrenar en formación y en profesionales es hacerlo con la misma dedicación. Una vez me preguntaron: ¿Cuándo fuiste profesional? Si nos atenemos a la dedicación, lo fui siempre; si nos referimos a vivir económicamente desde el banquillo, lo fui a partir de los 27 años.

Un factor importante que diferencia entrenar en formación y en profesionales, son las consecuencias del resultado obtenido. Nadie quiere preparase para ser mejor perdiendo. Un entrenador en edades de formación debe tener el afán de ganar, es parte de la enseñanza, pero no es lo más importante, Las consecuencias de una derrota en profesionales suele ser motivo de debate, dudas, presión, incluso drama. En formación esa derrota no debe trascender más allá del resultado, si no fuera así, el paso de la base a profesionales sería muy difícil.

Hay muchos entrenadores, pero pocos maestros.

ESTRATEGIA DE LA MEJORA

“Algunos discípulos pasan la vida preguntándome dónde está la verdad. Así que un día decidí señalar en una dirección cualquiera, intentando demostrar que lo importante es recorrer un camino, y no quedarse pensando en él.
Pero en lugar de mirar en la dirección que le señalaba, el hombre que me había hecho la pregunta comenzó a examinarme el dedo, tratando de descubrir dónde estaba escondida la verdad”.

El entrenador debe ser un observador del juego, y no un manipulador del mismo, debe dejar también que el jugador escuche su instinto.

A veces, llevados por las prisas, pueden pensar que parece más fácil conseguir de manera inmediata y a través de la reprimenda, del castigo y de la repetición irracional, lo que se quiere conseguir a favor nuestro o equivocadamente a favor del reprendido, pero no se ha conseguido nada. Por ello, invitar a la reflexión, una palabra atinada, un consejo, quizás no den resultados positivos e inmediatos, pero a la larga y después de repetirlo una y otra vez, crean convicciones y, esto es educar y formar, que es la labor básica de un entrenador en esta etapa

La mejora fundamental de un entrenador pasa por saber enseñar educando, por su aportación a que salgan jugadores adelante y por evitar frustraciones o falsas expectativas.

Divertirse, jugar, educar y... ganar.

FACTORES DETERMINANTES

En los jóvenes buscamos además del talento físico y técnico, buenas cualidades humanas, factor vital porque, entre otras cosas, esto es un juego donde intervienen multitud de valores.

La cantidad es la amenaza, la calidad el compromiso.

Se me ocurren algunas preguntas:

- ¿Cómo queréis que sea vuestro jugador característico? Lógicamente dentro de vuestras posibilidades y medios de cada uno.
- ¿Cómo y cuánto duerme?
- ¿Tiene problemas familiares?
- ¿Consigue compatibilizar estudios y deporte?
- ¿Está motivado?
- ¿Cómo reacciona a la presión?
- ¿Cómo se desenvuelve ante el triunfo o la derrota?
- ¿Hacemos lo posible por desdramatizar el resultado?
- ¿Sobrevaloramos el rendimiento del jugador?
- ¿Informamos a padres ambiciosos de las posibilidades reales de sus hijos?
- ¿Hacemos prematuramente demasiado importante a los jugadores en edades tempranas?
- ¿Tendremos prisa a la hora de evaluar rendimientos?

EL CONFLICTIVO PASO

Descubriremos que necesitamos chicos que respondan en los momentos difíciles, y no porque sean mejor o peor que otro, sino porque han respondido a una situación límite. Ésos son los detalles que marcan las diferencias.

EL BALONCESTO VIEJO DE LOS JÓVENES

EL PADRE-MANAGER

No conozco ningún joven que crezca protegido. Si un joven quiere crecer, debe hacerlo compitiendo y superando adversidades, y sobre todo evitando sobredosis de padres.

LA CONSTRUCCIÓN DE UN EQUIPO GANADOR
CAPÍTULO 5

ALGUNAS CONSIDERACIONES A MODO DE RECORDATORIO

- El rol no se da, se gana.

Los jugadores, en general, agradecen que se les diga, qué esperas como entrenador y qué espera el equipo de cada uno. Las dos excusas favoritas de los jugadores son que el entrenador no me da confianza y desconocer cuál es su papel dentro del equipo. Si el entrenador cuando reúne a su equipo designa el papel a cada uno de sus jugadores por sus cualidades y trayectoria, no por capricho, todo el mundo sabrá a qué atenerse. Evitaríamos de esta manera estas excusas. Superar con esfuerzo como jugador el rol asignado y reconocido por el entrenador, hará que gane más respeto y consideración por parte de todo el grupo.

- Alcanzar el éxito.

El éxito es lo que tú eres, no lo que otros piensen que eres.

CRITERIOS PARA APLICAR

¿Cómo crecimos? Sin complejos, creyendo en nosotros, quizás con algo de inconsistencia pero no estábamos permanentemente pendiente de los demás. ¿Por qué seguir por el camino trazado por un montón de personas, cuando puedes encontrar el tuyo propio?

MAESTRÍA

Llegar a la maestría, nivel que alcanza un equipo, ser campeón y mantenerse en esa posición prácticamente con el mismo equipo durante un tiempo prolongado, creando una dinastía (mínimo de tres títulos consecutivos para serlo), está al alcance de muy pocos.

Tener uno o dos jugadores excepcionales, esos que marcan diferencias, sentirse psicológicamente más poderoso que los rivales, pensar de una manera colectiva y un entrenador que sepa manejarse entre el ego de las estrellas y el reconocimiento a jugadores con un papel secundario, son razones principales que permiten alcanzar dicho nivel.

LA DIGESTIÓN DEL ÉXITO

Cuando consigues el éxito, tu comportamiento empieza a ser otro. Son los efectos que produce la vanidad. Si la vanidad dura más que el éxito, estarás perdido, porque es tentador revolcarse en el ego.

Digerir el éxito es fundamental para poder iniciar la próxima temporada en plenas condiciones, con más madurez y confianza en tus posibilidades y sobre todo con la convicción que te dan tus fuerzas. Ya conoces cuál es el camino a seguir.

La misión del entrenador es ser un “detector de vanidades”, si es que no ha caído él también. Se encontrará con jugadores que querrán más, pero lo que quieren es más gloria individual e inconscientemente comienzan a contribuir menos en el éxito colectivo. Empiezan a dejar de superarse a sí mismos.

DISOLUCIÓN DE UN EQUIPO CAMPEÓN

Entiendo que cuando un equipo llega al nivel de maestría, lo inteligente es dejar que ese equipo caiga por sí mismo. No hay mejor momento para iniciar un nuevo proceso de construcción de equipo que ése.

...Y jugadores como Jordan, Pippen, Rodman, Kukoc, su entrenador Phil Jackson, tras una etapa dinástica, salieron del equipo con disputa pública incluida hacia el general manager.

Por cierto, ¿qué entrenador o Director Deportivo sale de un club sin disputas?

Fue una decisión difícil de entender, de acuerdo que el equipo era mayor, que estaba llegando el momento de la renovación pero, ¿por qué no dejó que el equipo que había conseguido la gloria se fuera apagando? Que dijeran: “ya no podemos más”. Si ellos construyeron aquella ilusión, ¿no tenían derecho a cierta fidelidad?, creo que sí.

El resultado de aquella revolución, renovación o inicio de proyecto, fue la de un equipo que ni siguiera ha entrado a disputar play-off en los últimos años.

Una gestión difícil de aceptar y de entender. Cuando se juega a ser estratega de salón, éstas pueden ser las consecuencias.





TRABAJO EN EQUIPO
CAPÍTULO SEIS

Hay muchos que interpretan que trabajar en equipo es la posibilidad de echarle la culpa a otros. Una manera muy particular de entenderlo.

Cuando hablamos de un deporte colectivo, todo debe girar alrededor del equipo: cómo juegan, qué esfuerzo transmiten, qué juego colectivo desarrollan, cómo se animan o apoyan, si hay o no armonía en las relaciones entre todos, jugadores, técnicos... Aunque haya estrellas, que acaparen el juego y la atención, en deportes colectivos, la gran estrella es el equipo. No se pueden anteponer las necesidades de un individuo ante los objetivos de un equipo.

Al final de una competición o campeonato, en la clasificación final, no aparecerá el nombre de ningún jugador o entrenador, por mucho que alguno se quiera empeñar, aparecerá siempre el nombre del equipo.

Trabajar en equipo no resulta fácil. Hacer que lo parezca sí puede ser, pero hacerlo de verdad es más complicado. La convivencia de un grupo de personas de la alta competición, entre jugadores y equipo técnico, que se desenvuelven entre tensiones producidas por las urgencias de los resultados y un entorno a veces hostil o favorable durante un periodo de unos diez meses, día a día, partido a partido, victorias o derrotas, diferentes competiciones, viajes cómodos o incómodos... no resulta nada fácil.

En un equipo, y se puede trasladar a cualquier ámbito profesional, empresa, hospital, universidad, administración pública, cada persona que lo integra debe asumir su papel, las funciones que deba desempeñar, y hacerlo con generosidad.

La responsabilidad del líder, general manager, director de personal, entrenador, es saber darle a cada persona su sitio, teniendo en cuenta las cualidades personales y técnicas de cada uno, donde más rendimiento pueda ofrecer, tratando de evitar posibles frustraciones.

¿QUÉ ENTIENDO POR EQUIPO?

Unir sentimientos esa es la esencia del equipo.

El deporte es un desafío continuo con uno mismo, con los demás y con el mismo deporte, por eso porque es un desafío y una lucha, enseña a prepararse para vencer.

Líder no es sinónimo de jugador estrella, no siempre coincide. El ser referente de un equipo implica saber aunar voluntades con el fin de obtener el éxito colectivo.

FORMAR UN EQUIPO EN VALORES

Para eso te preparas, pero sabes que también puedes perder, pero no debe ocurrir nada si entiendes que la derrota forma parte del juego. Esto te ayudará a levantarte y a reemprender la lucha.

No hay equipo que gane siempre, no lo conozco. El equipo ganador es aquel que se levanta cuando pierde, superando los retos y no sentirse víctimas de ellas.
- Equipo de trabajo: para mí todos los integrantes de mi equipo de trabajo son fundamentales.

Leí en una ocasión el caso de un profesor que puso un examen cuya última pregunta era decir el nombre de la limpiadora de la clase. Un alumno sorprendido le comentó con cierta ironía si esa pregunta contaba para la nota del ejercicio. El profesor le contestó que sin duda, porque cuando llegas a clase “te gusta que esté todo limpio y en su sitio, y es para enseñaros que esa persona también es importante”. El alumno captó el mensaje y se enteró de que la limpiadora se llamaba María.

EL OLOR DE UN VESTUARIO

Si alguien no está de acuerdo con algo, debe hablar con el resto, pero de puertas hacia adentro. Si continúa en desacuerdo, entonces debe elegir entre quedarse aceptando las ideas establecidas o irse.

Hace años la convivencia en un vestuario era más homogénea, no había una realidad multicultural como hay en la actualidad. No es que sea peor, es diferente.

Un entrenador no conoce la educación personal en función del origen de cada uno, por ello, tiene que crear un estilo de convivencia que hay que respetar y dejar dónde radica la unidad del equipo.

¿Cómo podríamos aprender y ganar juntos si no podemos convivir juntos?

El peso de un vestuario debe recaer en los mayores. Aquí se vive de los mayores, los jóvenes pueden participar, tienen su valor, pero no el protagonismo que requiere tanta credibilidad. Si un joven marca la pauta en un vestuario, el equipo tiene un problema y no porque el joven no tenga capacidad, es sencillamente que los mayores o jugadores expertos no generan respeto.

FACTORES QUE INCIDEN EN LA VIDA DE UN EQUIPO

La línea que separa las relaciones personales de las profesionales suele ser muy fina, propiciando confusiones que pueden llevar a malentendidos con consecuencias nefastas para la salud del equipo.

- La suerte: es muy corriente oír comentarios u opiniones acerca de la suerte que tuvo aquella persona o equipo en obtener algún éxito. Son los efectos de la envidia.

La envidia va asociada al éxito y la compasión al fracaso. Todos necesitamos alguna vez suerte para ganar, pero no la necesitamos para prepararnos, no podemos consentir que el azar esté por delante de tu esfuerzo.

Jacinto Benavente (premio Nobel de Literatura) dijo que había mucha gente que pensaba que tener talento era cuestión de suerte, casi nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.

Es una buena reflexión para aquellos que viven pendientes de los demás.

- El miedo: te hace ser peor mediocre, te paraliza y no te deja crecer. Su consecuencia inmediata es el desaliento que hace que bajes los brazos y no veas soluciones, comenzando a buscar justificaciones. El miedo es contagioso, te lleva a poner excusas más que a corregir errores. Por eso, nunca hay que temer al fracaso, no hay que usar los defectos como excusas para claudicar, si el miedo no te paraliza y se puede trabajar bajo presión, esos serán los instrumentos esenciales para desafiar cualquier reto y superarlos.

Un equipo sabe perfectamente cuándo un entrenador tiene miedo o no.

- La derrota: si aprendemos que la derrota forma parte del juego y de la vida, aprenderemos a superarla, si no lo hacemos, la frustración se apropiará de nuestros sueños, y no debemos consentirlo. Es necesario recordar que las victorias se celebran, y que de las derrotas se aprende.

ALGUNOS ENEMIGOS DEL EQUIPO:

- Egoísmo: cuando se olvida nuestra función y se pierde la generosidad de compromiso con el equipo, comienzan a surgir los egoísmos, que lleva, como consecuencia de ello, la ruptura del juego colectivo. El egoísmo es el mayor enemigo del equipo. Cuando en lugar de decir “vamos a ganar el partido”, se dice: ¿qué hay de lo mío?, es un síntoma de que comienza la cuesta abajo. Un equipo será vulnerable, y lo seguirá siendo, hasta que colectivamente, no vaya en la misma dirección.
- Superficialidad: no pretendas ser lo que no eres. Un entrenador debe saber que los jugadores están observándolo constantemente, algunos incluso te miden. Ellos saben, si se está preparado o no, si la dedicación es tan importante que todos te siguen, si se alcanzan o superan los retos establecidos, si te dedicas a trabajar y a hacerlos mejores. Si en definitiva, creen o no en ti. Recuerda que la vida es una larga lección de humildad, eso sí, crees en lo que haces, los jugadores percibirán tu autenticidad y creerán en ti. Si perciben tus debilidades, estarás perdido.
- Ambición sin nobleza: para mí la ambición es una virtud, la intercepto como el contrapunto del conformismo. Hay quien, sin embargo, cree que ser ambicioso es crecer a costa de acuchillar en noches tenebrosas y oscuras a cualquiera que piense que se puede interponer en el supuesto camino de gloria. Esa falta de nobleza convierte a la ambición y al que la utiliza en perversidad.
- Envidia: hay quien utiliza la expresión “envidia sana” para valorar a determinada gente que se supone es un referente en diferentes aspectos de la vida. La envidia sana es una máscara de la envidia, si queremos valorar a alguien por sus logros o cualidades, deberemos utilizar la palabra admiración. Lo que ocurre, es que cuesta emplearla para reconocer el éxito o triunfo por muy pequeño que sea, a los demás. ¿Tanto cuesta admirar a alguien y además decirlo? La envidia es un invento que hemos creado los humanos para ocultar nuestra mediocridad. Un equipo donde la envidia esté presente, o se extirpa inmediatamente o terminará por extender su mal hasta hacerle la vida imposible al grupo.

- Falso orgullo: es un tipo de orgullo negativo. Se da cuando una persona posee una imagen distorsionada de su propia importancia. Hay entrenadores que tiene un concepto de sí mismos que supera cualquier previsión. Esta actitud convierte al equipo en una víctima apropiada para sus niveles de autocomplacencia. Irá perdiendo progresivamente el contacto normal con el resto del grupo, condenándose a recibir un traspiés importante en su trayectoria, traspiés que delegará en el equipo, no en él, porque su sobre valorada autoestima lo impedirá.

- Reconocimiento forzado: a todos nos gusta sentirnos reconocidos, el problema surge cuando ese reconocimiento se fuerza. Un equipo no perdona cuando se reconoce injustamente a determinada persona que no tiene la aceptación general del grupo por su bajo rendimiento, su pereza o su falta de profesionalidad. El resultado de esa actuación es tu pérdida de autoridad.

- Ausencia de liderazgo: si no perdonas la mala actitud, estarás condenado al descrédito de tu equipo. Si en alguna situación tuviste que ceder por algún motivo, deberás buscar el momento para explicárselo al grupo para que puedan comprender por qué lo hiciste. Ser comprensivo es adecuado, menos con la desidia y la apatía. Si lo eres, el equipo será comprensivo contigo.

CONFLICTOS

Los conflictos se producen por una alteración de nuestros valores o por una debilidad en el liderazgo.

Hay multitud de casos conflictivos que surgen por diferentes motivos dentro de un equipo. Algunos proceden de la confusión que a veces existe entre las relaciones personales con los profesionales. Otros, por agentes externos que consiguen contaminar la estabilidad del grupo, porque quizás no estaba lo suficientemente unido y era de apariencia de lo que vivía. Puede ser que no haya un líder respetado desde la convicción y sí desde la imposición. Otros que no aceptan el papel designado, otros aceptan ese rol pero le ponen fecha de caducidad, los hay que rinden pero que no comulgan con los valores del equipo...

LA COMPETICIÓN
CAPÍTULO SIETE


Salir a jugar es hacerlo a ver qué ocurre, salir a ganar es enfrentarse a las dificultades que hay que superar para vencer. No tiene nada que ver.

La competición sitúa a cada uno en su sitio.

EL ENTRENAMIENTO

Como entrenas, juegas. Es una máxima que siempre he tenido presente.

Varias claves, entrenar todas las situaciones estratégicas posibles, hacerlo ameno pero con la máxima intensidad, procurar que el entrenamiento se aproxime a un partido real y crear la confianza suficiente que requiere competir. El entrenador con su tensión, sea en el ejercicio que sea, debe mantener en alerta a todo el equipo.

En el entrenamiento es fundamental tener en cuenta no sólo lo mucho que se hace, sino cómo se hace.

ALGUNAS CUESTIONES QUE SON CONVENIENTES PLANTEARSE.

El entrenamiento debe de ser dinámico, intenso, sin prácticamente interrupciones a no ser que sea necesario parar, para dar un toque de atención a todo el equipo.

REFLEXIONES EN COMPETICIÓN

Explicar alguna anécdota del pasado personal, cosas que se han sentido emocionalmente hablando referentes a la temporada pasada por ejemplo.

GESTIÓN EMOCIONAL

Saber gestionar emocionalmente cada situación es parte del éxito que todo entrenador puede aportar a un equipo.

RESULTADOS

Hubbie Brown me decía que los equipos que ganaban eran los que se divertían, y aquellos equipos que se divertían, pero perdían, echaban al entrenador. Santa verdad.

El baloncesto nos enseña que tienes que vivir en permanente estado de alerta, cualquier descuido puede costar una derrota, y estas inflexiones se siguen produciendo aunque tengas jugadores de gran nivel.


MOTIVACIÓN
CAPÍTULO OCHO

Para mí la motivación es luchar por algo que parezca inalcanzable.

Necesito vivir entre retos, sé que llegará el día en el que tenga que ceder y dedicarme a otros menesteres pero, mientras lleguen los retos, me ayudan a crearme expectativas que van más allá del resultado final.

Admiro a aquellas personas que, en diferentes órdenes de la vida, se enfrentan a las dudas y retoman desafíos perdidos y abandonados. Son ejemplos que me inspiran para coger fuerzas y poder intentar ir más allá de mis propios límites.

El que quiera hacer algo, encontrará la motivación necesaria que le permita afrontar cualquier desafío que se presente, el que no, encontrará una excusa.

¿CÓMO TE MOTIVAS?

Para motivarme debes empezar por tener un pensamiento positivo. En diversas ocasiones me he sentido decepcionado con el baloncesto, son esos momentos de cansancio cuando trato de aislarme conscientemente, sentarme y ponerme a trabajar.

Mi siguiente reto es una constante búsqueda de alguno forma de motivación para que pueda seguir creciendo y mejorando.

CAPACIDAD DE MOTIVACIÓN

Ganarte el alma del jugador.

Ahora entre jugadores y entrenador no existe la relación humana, sólo cuenta si el jugador rinde, si es bueno, o si le cae bien al entrenador, pero no debería ser así.
La capacidad de motivación que tenga el entrenador servirá no sólo para preocuparse del físico del jugador, como hace la mayoría, sino también de su alma.

Si se logra esta conquista, los jugadores seguirán por el camino que tú decidas. Ellos observarán en ti, al margen de tus conocimientos, tu dedicación y entrega.

Los jugadores son los mejores psicólogos, saben si hay exigencia, si han asimilado el fenómeno del aprendizaje, por el cual vives con la necesidad permanente de mejorar. Si en definitiva se transmite suficiente motivación contagiando de entusiasmo cada momento y sin bajar los brazos, enseñando a transformar las tensiones que produce la competición en retos motivantes.

Los jugadores son como alumnos en una clase, saben con qué profesor se pueden relajar, con cuál copiar o estar más derecho que una vela. El jugador al igual que el alumno, está en observación constante, obliga a que el entrenador no pueda desfallecer. Si lo haces, se producirá un desequilibrio.

Una de las frustraciones que más siento es cuando ves en las personas conformismo en su progresión: “Es que soy así o aquel es así...”, te dicen. ¿Y no puede ser mejor?, pregunto, o, ¿hay alguna razón o enfermedad psíquica que desconozca y que te impida ponerte a prueba?

Es frustrante cuando te pasas horas, tratando de hacerle ver no sólo sus defectos sino su talento y su escaso corazón ganador.

Los entrenadores piensan que saben mucho de baloncesto porque ven vídeos, leen libros o escriben artículos, pero olvidan que la comunicación y el mensaje que se es capaz de transmitir a los jugadores son esenciales para crecer.

ALGUNOS RETOS PROPUESTOS

- No perder un partido en toda la fase recular.
- Ser el equipo mas encestador
- Ser el equipo menos encajador de puntos.
- Llegar a la Final a cuatro
- Llegar a la final
- Ganar la final


DEBILIDAD PSICOLÓGICA


Los equipos que no se emocionan tras lograr ciertas conquistas, sean grandes o pequeñas, nos están marcando el índice de regresión. Es la señal de alarma.

FACTORES MOTIVANTES

Algunos necesitan la visita de la adversidad para espabilarse, el conocimiento que se tenga de los jugadores ayuda para saber qué medicina hay que aplicar a cada uno de ellos. No todos piensan ni sienten de la misma forma. La rutina acaba con la pasión porque el ser humano se aburre con mucha facilidad, siempre se quiere lo que no se tiene, y cuando se consigue, uno se aburre.

La ley de los minutos. El control de los minutos jugados es uno de los factores motivadores más importantes. No hay mejor medicina para un jugador que sea competitivo que una buena ración de minutos en el banquillo cuando su rendimiento no sea el esperado.

Pero no todos reaccionan igual, hay jugadores que necesitan que se alargue la confianza, hay que sacrificar ciertos minutos para incorporarlos a la causa. Decisión compleja por la posibilidad abierta que se deja al agravio comparativo, y que sólo un entrenador puede administrar.

La idea es saber transmitir que hay minutos suficientes para todos, que pueden participar todos, parcelar esos minutos es otra cuestión.

ALGUNAS FRASES

- Uno no es importante por lo que se pone, sino por lo que hace.
- Quien empieza a pensar en el pasado y no en el presente, se queda sin futuro.
- A quien tiene un problema y no se preocupa, el problema será doble; si se preocupa, el problema será relativo.
- La calidad humana y el respeto pertenecen a la persona no al cargo que representan.
- Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo.

Nunca oiréis a una persona antes de morir que tenía que haber ido más horas a la oficina, abrir la tienda más temprano o haber ganado más títulos.

Al final escucharemos la necesidad de afecto, respeto y cariño, y esto no lo da ni el dinero, ni el poder, ni la fama.

2 comentarios:

fantasymacgeorge dijo...

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    Acerca de Chus Fernández

    Txus Fernández, entrenador superior de baloncesto nacido en 1972, es en la temporada 2007-2008 el entrenador ayudante del Viladecans de Liga EBA.Fernández volvió al Viladecans después de ser el primer entrenador de un equipo de formación, como el CB Cornellà "B" en la temporada 06-07, y después de haber estado a un paso de conseguir el ascenso a Liga EBA con el mismo Viladecans en la temporada 05-06.